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Artículo
Pensamiento táctico
6 Oct 2010

Consideraciones teórico-prácticas para potenciar el desarrollo del pensamiento táctico en taekwondistas de alto rendimiento.

El pensamiento táctico es el objetivo fundamental que pretende desarrollar todo profesor de Taekwondo en sus deportistas dentro de la preparación técnico-táctica. Sin embargo, no es muy común el dominio consciente de cómo propiciar el desarrollo efectivo de este proceso cognoscitivo en los taekwondistas. A continuacion se exponen consideraciones teórico-prácticas que posibilitan potenciar el desarrollo del pensamiento táctico en taekwondistas de alto rendimiento.

El deporte contemporáneo le exige cada día mayores demandas al entrenamiento deportivo y a la preparación del deportista de Taekwondo. Dentro este contexto, el desarrollo del pensamiento táctico constituye un elemento determinante para la consecución de los resultados competitivos, por lo que, del nivel de desarrollo de este proceso cognoscitivo, determinará en gran medida los resultados del competidor en la confrontación deportiva.

Como deporte de combate,  el Taekwondo, demanda de un elevado desarrollo del pensamiento táctico del taekwondista, no solo por la amplia diversidad de acciones técnico–tácticas que tiene que percibir, analizar y realizar, sino porque, además, estas transcurren en condiciones limitadas de tiempo y espacio, donde tiene que ser capaz de realizar operaciones de análisis, síntesis y deducción en situaciones cambiantes de la actividad, por lo que de la calidad del pensamiento táctico depende la rapidez con que se encuentre la solución adecuada a una situación dada, la adopción de decisiones y la efectividad (Gómez y Peñalosa, 2001) todo esto está condicionado por los conocimientos y experiencias técnico-tácticas del deportista; se requiere, por tanto, disponer de sólidos y actualizados conocimientos en función de las alternativas concretas que se presenten durante el combate.

A pesar de su importancia, es este uno de los problemas neurálgicos, que presentan diversos taekwondistas hoy en día, ya que existen limitados estudios, experimentos, libros, investigaciones, etc., que nos orienten cómo prepararlos tácticamente para las competiciones, así como que nos orienten cómo desarrollar el pensamiento táctico durante todo el período de preparación.

En numerosos escenarios es una interrogante aún no resuelta de los directivos, profesores y encargados de este deporte tanto a nivel nacional como internacional del por qué diversos taekwondistas muestran un nivel técnico elevado, presentan adecuadas características del somatotipo propios para la práctica del Taekwondo y, sin embargo, muestran bajos índices de desarrollo de su pensamiento táctico durante los combates.

En este sentido,  se presenta el siguiente trabajo que pretende brindar algunas concepciones teórico-prácticas que permitan enfrentar la problemática del desarrollo del pensamiento táctico de los taekwondistas de alto rendimiento.

DESARROLLO.

Las exigencias competitivas actuales del Taekwondo demandan hoy en día un tratamiento más profundo de la preparación técnico-táctica y psicológica de los taekwondistas de alto rendimiento, respectivamente. En la actualidad el nivel de preparación de los competidores en el orden técnico y físico tanto a nivel nacional como internacional es casi parejo en diferentes categorías competitivas. Por ello, coincidiendo con los criterios de Ozolin, N. (1983), cuando los niveles de preparación técnica y física de los deportistas sean parejos en cualquier nivel competitivo, el éxito vendrá dado en gran medida por los niveles de manifestación de los componentes tácticos y psicológicos, respectivamente.

Al hacer un análisis crítico del desempeño competitivo de numerosos taekwondistas de diferentes categorías, se denota un limitado número de deportistas que logran mantener un accionar competitivo acorde a las exigencias actuales de preparación. Durante los combates se perciben comúnmente un sinnúmero de errores técnico-tácticos que limitan la obtención de los resultados que tanto los entrenadores como los  deportistas desean obtener. (Ver artículo: Sistema didáctico para la organización y dirección del tratamiento de la preparación técnico-táctica de los taekwondistas de alto rendimiento publicado por el autor).

A todo ello se le añade, que desde el punto de vista teórico–metodológico, aún es limitado la bibliografía específica, documentos normativos, investigaciones, artículos científicos, etc., que aborden algunos de los aspectos de la preparación deportiva del Taekwondo.

Al ahondar en la Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo del Taekwondo, específicamente en lo concerniente a los componentes del Sistema de Preparación del Deportista, nos percatamos de que existe una atención diferenciada en cuanto a métodos, medios, evaluación, etc., para abordar la preparación física y la técnica (deportiva-marcial), en relación con lo táctico, lo psicológico, respectivamente.

Un contenido a fin, a la preparación técnico-táctica y psicológica lo constituye el desarrollo del pensamiento táctico de los taekwondistas el cual constituye una exigencia de este deporte que se pone de manifiesto cuando el taekwondista resuelve diferentes situaciones y tareas técnico-tácticas que se le presentan tanto en los entrenamientos como en las competiciones.

Su particularidad consiste en que no está orgánicamente vinculado a conceptos abstractos y a objetos imaginados, sino a operaciones prácticas en el comportamiento, a aquello que se percibe directamente. En este sentido, el pensamiento se dirige satisfactoriamente a la solución de una u otras tareas; la elección correcta y el carácter efectivo del pensamiento están dados, en este caso, por la rapidez de su procesamiento en la solución correcta de la tarea.

El pensamiento táctico se realiza a través de la integración de las acciones técnico-tácticas, el cual se debe desarrollar en cualquiera de las etapas de la formación del deportista, principalmente desde que se  inicia en el deporte (Mahlo, 1985), y a través de todos los aspectos de la preparación del taekwondista (Morales y Molerio 2004). Mahlo (1985), al respecto, considera que en la primera etapa de la enseñanza deportiva es donde se debe comenzar a educar en el alumno la facultad de actuar por sí mismo; a pensar de manera reflexiva. “La formación táctica debe comenzar desde la primaria y proseguirse sin interrupción, adaptándose siempre a la edad de los alumnos. Esta responde a las exigencias pedagógicas de un reforzamiento de la educación mental y de una elevación de la calidad de la formación primaria…”. (Mahlo, 1985:18).

El desarrollo del pensamiento táctico demanda de una intensa actividad tanto mental como práctica que requiere esfuerzo, motivación y voluntad, ocurre siempre que el deportista se enfrenta a una situación o tarea, predominantemente problémica, y se siente motivado en resolverla en función del logro de una meta u objetivo, no conociendo con cierta exactitud y con incertidumbre el modo de hacerlo. En estas situaciones es que el deportista razona, resuelve problemas, toma decisiones o piensa en sentido general. Mahlo (1985), al respecto, considera que el alumno no puede llegar a pensar si no se le presentan y exigen sistemáticamente actividades mentales.

La puesta en práctica del pensamiento táctico implica una actividad global del sistema cognitivo, donde interviene los mecanismos de percepción (percepciones especializadas), la memoria (a corto y largo plazo, memoria motriz), la atención (concentración y distribución de la atención), las representaciones (imaginación-visualizaciones), los procesos de comprensión (comprensión significativa); los procesos afectivo-motivacionales (motivaciones predominantemente intrínsecas, sentimientos y emociones positivas, cualidades volitivas, entre otras) en estrecha relación. Su funcionamiento se basa en procesos básicos (análisis, síntesis, generalizaciones, etc.,) e incluye otros elementos funcionales adicionales, como estrategias, reglas, principios, entre otros.

Desde esta perspectiva, en el desarrollo del pensamiento táctico ocupa un lugar muy importante la interacción-comunicación (individual y social) del taekwondista con sus compañeros y profesor(es) pues, es en estas condiciones donde el pensamiento se proyecta, se devela, se expresa. Esto es, su desarrollo se logra mediante el lenguaje, la apropiación y  dominio de los conocimientos, habilidades, actitudes, valores técnico-tácticos y las soluciones a los problemas que más se han generalizados y dominados en el entorno social en el que se desenvuelve el taekwondista (equipo deportivo, medio social, entorno familiar, etc.).

En resumen, cada deportista desarrolla y utiliza su pensamiento táctico sólo cuando domina el lenguaje (comunicación interna y externa), los conceptos básicos (táctica, estrategia, técnica, etc.), los principios (ofensivos, defensivos, etc.,), las reglas (reglamento, penalizaciones, etc.), las estrategias (pre y post-competitiva), la lógica (acciones más/menos efectivas, acciones preferidas por su oponente, etc.), y las acciones (ofensivas, defensivas, etc.) más adecuada para solucionar cada situación o tarea técnico-táctica constituyéndose en sí el reflejo generalizado de las experiencias y vivencias del comportamiento práctico de los deportistas en situaciones de oposición. Deviniendo de esta manera su naturaleza socio–histórica.

El pensamiento táctico en la práctica se realiza con ayuda de unos u otros medios, es decir, con la ayuda de determinadas operaciones mentales, en este caso, de operaciones algorítmicas para la realización de las acciones ofensivas y operaciones heurísticas para la resolución de las tareas defensivas en condiciones de oposición. Sólo en estos tipos de actividades es donde se produce su desarrollo, es allí donde tiene lugar la solución de problemas, la toma de decisiones, la producción de ideas, la creación de nuevos modos de actuar, de nuevas estrategias, etc., en estrecho vínculo con las relaciones inter e intrapersonales.

Mahlo, F. (1985), considera que el pensamiento forma parte de la actividad, pero es el de mayor grado de susceptibilidad y de progreso. Considera además que es en la práctica, en la acción que el pensamiento se desarrolla y en la misma medida que este se desarrolla evoluciona también la acción.

El pensamiento táctico se expresa: cuando el deportista se proyecta alcanzar objetivos técnico-tácticos de manera consciente y prevé las posibles alternativas a realizar; cuando reacciona de manera rápida e intuitiva ante las acciones inesperada del contrario; cuando utiliza la técnica deportiva con una determinada intención táctica para lograr un objetivo determinado, esto es, cuando subordina el accionar técnico de manera consciente a las acciones tácticas; a la intención, en función del logro de un objetivo. Cuando es capaz de engañar a su adversario para lograr un punto con una técnica determinada o conducir el combate en una determinada dirección táctica o técnico-táctica, etc.

En el trabajo se entiende por pensamiento táctico al proceso encaminado a desarrollar en la conciencia del taekwondista, el reflejo de dar soluciones rápidas, correctas, creativas y efectivas en el menor tiempo y con la menor cantidad de operaciones posibles. También se define como el proceso de creación de estrategias cognitivas y metacognitivas para la toma de decisiones y la resolución de problemas que se dan en la actividad deportivo–competitiva de Taekwondo (Morales y Molerio 2004).

Mientras más desarrollo del pensamiento táctico tenga el taekwondista mayores posibilidades de éxito tendrá durante los combates (Gómez Castañeda, 2002).

Según Mahlo, F. (1985:164) “El pensamiento táctico es la síntesis de un pensamiento reflexivo, productivo, autónomo”. En el trabajo se parte de la idea de que el pensamiento táctico incluye tanto el pensamiento operativo como el pensamiento crítico-reflexivoestratégico-productivo-creador unidos dialécticamente. El primero le posibilita al deportista la realización de aquellas operaciones algorítmicas necesarias para la realización efectiva de los ataques y algunos contrataques, utilizando, fundamentalmente la intuición y el pensamiento vertical o convergente, según el plan previsto.

El segundo le permite al deportista proyectar la estrategia o plan de acción para el combate; la creación de una nueva estrategia no utilizada antes por ningún otro competidor, así como el cambio del plan previsto de manera rápida si el que se concibió no funcionó; o la realización de acciones creativas para la solución de las situaciones técnico-tácticas imprevistas en caso de ser necesaria. Todo ello se produce mediante la utilización de la inteligencia (táctica), la creatividad y el pensamiento lateral o pensamiento divergente necesarios para enfrentar el accionar en condiciones siempre cambiantes.

Desde el punto de vista general se asume la inteligencia  como: “… una capacidad intelectual general y práctica de la personalidad, que se forma y desarrolla en la propia dinámica de la actividad social, a partir de la influencia de los “otros”, y se expresa en habilidades y hábitos al solucionar las contradicciones del pensamiento en la adquisición y formación de conocimientos y su aplicación creadora en la práctica social” (Zilberstein,  Oramas, s/F:). La inteligencia táctica le permite a los deportistas, orientarse, organizarse, anticiparse, predecir, imaginar, crear, actuar con voluntad propia en circunstancias dadas y se expresa en diferentes grados de desarrollo.

Se concibe la creatividad, tal y como la describen Zilberstein,  Oramas, (s/F:), como un: “… proceso de descubrimiento o producción de algo nuevo, que cumple con las exigencias de una determinada situación social, proceso que, además, tiene un carácter personológico”.  El pensamiento creador en el taekwondista se manifiesta cuando este piensa la táctica para dominar al próximo contrario, cuando crea nuevos procedimientos técnico-tácticos y elabora una nueva estrategia, no utilizada anteriormente. Con frecuencia esto es el fruto de los esfuerzos conjuntos y las meditaciones profundas del deportista y el entrenador. Cuando deciden qué tácticas utilizar, qué tipo de ataques, contraataques, defensas, etc., y desde qué distancias de combates hay que realizar estas acciones. Pero cuando el taekwondista sale al área de combate, el pensamiento creador, cede el paso al papel principal, al operativo.

Asumimos los criterios de Mahlo, F., (1985:10), cuando expone que: “Se puede desarrollar la capacidad de pensar y de actuar de manera creadora, si la dirección pedagógica es correcta”. Coincidimos, además, cuando afirma que: “La educación del pensamiento productivo o creador encuentra su medio más apropiado en la formación táctica” (Mahlo, 1985:10).

En el proceso de desarrollo del pensamiento táctico interviene de manera dialéctica, la enseñanza de la técnica, como medio para la lucha deportiva, mediante el aprendizaje-entrenamiento de modelos de movimientos preestablecidos y conocidos de antemano, caracterizados por la racionalidad y efectividad, en cuya base fisiológica está la formación de estereotipos dinámicos. Así como la enseñanza de la táctica; de la habilidad del deportista para integrar, distribuir, dirigir y utilizar sus fuerzas y recursos técnicos, físicos, psicológicos, teóricos y espirituales con que cuenta, con una determinada intención, para lograr un fin inmediato; un objetivo determinado (Morales, Y., 2001-2005). Esto es, para lograr un punto con una técnica seleccionada; para conducir el combate en una determinada dirección, o para lograr la victoria en una competición planificada, etc., lo que requiere el aprendizaje-entrenamiento acciones variables, imprevistas, inesperadas que exijan la percepción de la situación, la solución de problemas (mental y práctica) y la toma de decisiones en dependencia de las situaciones contextuales (momento, espacio, tiempo, características y accionar del contrario, características de la competición, etc.), en condiciones de oposición siempre cambiante.

De lo anterior se deduce que cuando se abusa de la enseñanza-aprendizaje-entrenamiento de los elementos técnicos en condiciones estereotipadas, en parejas, con tareas predominantemente cerradas, directivas, dirigidas, con limitada incidencia del pensamiento (fundamentalmente lateral o divergente) y la creatividad, tomando como criterios del desarrollo las progresiones con correcciones dirigidas hacia los aspectos estructurales, se limita el desarrollo del pensamiento táctico, constituyendo sólo una parte de este proceso; esto es, su componente operativo. En este aspecto generalmente se desarrollan las operaciones que sustentan la realización de ejecuciones técnicas con limitado número de variantes y alternativas utilizando, fundamentalmente, el pensamiento convergente, que se mueve buscando una respuesta  determinada o convencional y encuentra una única solución al problema que se pretende resolver.

Pero otra cosa lo constituye la enseñanza-aprendizaje-entrenamiento de los elementos tácticos, que ocurre en condiciones variables, en parejas (fundamentalmente con oposición), con tareas predominantemente abiertas, no directivas, problémicas, que exigen gran incidencia de la percepción, el pensamiento y la creatividad, donde las correcciones fundamentales se dirigen hacia la intención y el consiguiente logro de los objetivos, aspectos que encierran el verdadero sentido táctico y estratégico del accionar del deportista. En este sentido, es que se garantiza el desarrollo del componente crítico-reflexivoestratégico-productivo-creador del pensamiento táctico (mediante el pensamiento lateral o convergente).

En el trabajo se entiende que en el proceso de desarrollo del pensamiento táctico interviene de manera decisiva el pensamiento lateral o divergente, que posibilita que el deportista pueda elegir dentro de las alternativas posibles de solución, aquella que mejor se ajuste a la situación concreta a resolver. Este pensamiento tiene fuerte relación con la creatividad y está en función de la flexibilidad. Se contrapone al pensamiento convergente, posibilitando establecer relaciones nuevas sobre lo que ya se conoce, de forma que se llegue a soluciones  significativas y originales.

Otro de los elementos que según el autor intervienen en el proceso de desarrollo del pensamiento táctico lo constituyen los procedimientos heurísticos, que le permiten al deportista encontrar las respuestas que necesita para solucionar las situaciones y tareas a las que se enfrenta y específicamente a las acciones de oposición del contrario. Estos procedimientos apoyan la realización consciente de actividades mentales complejas y exigentes. En este caso, constituyen formas de pensamiento relacionadas con la:

  • variación de condiciones de oposición al adversario, etc.
  • búsqueda de nuevas relaciones (entre las acciones preparatorias y las acciones ofensivas y defensivas, etc., propias y del adversario, etc.).
  • el aprendizaje mediante situaciones técnico-tácticas de analogía, reducción a un problema ya resuelto, la búsqueda de relaciones y dependencias, entre otros aspectos.

Los estudios sobre el pensamiento táctico realizados por diversos autores  como Puni (1961), Pushkin (1965),  Rodionov (1987), Rudik (1990), Rusell (1994), entre otros, han sistematizado una serie de particularidades que perfectamente caracterizan al tipo de pensamiento que se da en los deportistas durante los entrenamientos y la competición, las cuales se presentan a continuación:

  1. La variedad de situaciones que se procesan en el pensamiento humano recibe el nombre de pensamiento operativo.
  2. Tiene como particularidad en que no está vinculado a conceptos abstractos sino a operaciones prácticas que exige la situación.
  3. El pensamiento operativo se dirige satisfactoriamente a la solución de una u otras tareas.
  4. Como indicadores que caracterizan al pensamiento táctico se distinguen: la existencia de un plan táctico de lucha deportiva, la elección correcta de los medios de lucha deportiva, el carácter efectivo del pensamiento, la rapidez de los procesos del pensamiento, el apoyo en los conocimientos y las habilidades tácticas, así como el vínculo con los procesos emocionales-volitivos.
  5. El pensamiento operativo es considerado un proceso de resolución de las tareas prácticas, el cual se realiza a base de que el hombre emita los objetivos de la actividad laboral y el cual conduce a la formación en la situación dada del modelo de un conjunto supuesto de acciones con el objeto y procesos reales.
  6. El pensamiento creador forma parte del pensamiento táctico, que se pone de manifiesto cuando el deportista piensa la táctica del próximo combate, cuando crea nuevos procedimientos tácticos y elabora una nueva estrategia, no utilizada antes por otros deportistas.
  7. En el combate el deportista utiliza fundamentalmente el pensamiento operativo y no el creativo.
  8. Lo específico del pensamiento táctico se determina porque este pensamiento tiene un carácter ilustrativo-figurativo y efectivo; lo que une dicho pensamiento con el pensamiento operativo, es que en cada uno de ellos se puede encontrar las operaciones intelectuales que son: la estructuración, el reconocimiento dinámico y la formación del algoritmo de resolución.

Pushkin (1965), distingue tres componentes del pensamiento operativo:

  • La Estructuración: Formar unidades más grandes de la actuación, uniendo los elementos de la situación en un todo único estructural.
  • El Reconocimiento Dinámico: Ver las partes de la situación final en la situación inicial, problemática; este proceso transcurre en dinámica: desde el reconocimiento de sub-tareas hasta el reconocimiento del patrón de referencia final.
  • La Formación del Algoritmo de Resolución: Formar los principios de la decisión y determinar el orden de acciones.

Rodionov (1987), por su parte, plantea que dentro de los elementos del pensamiento operativo que determinan la especificidad de los procesos pensantes, se encuentran:

  1. Planificación de las acciones.
  2. Control de la situación y de los resultados de la utilización de las acciones.
  3. Regulación y el diagnóstico de los próximos acontecimientos.

Tomando en consideración lo postulado por Rodionov (1987), en el trabajo se concibe que el pensamiento táctico sea utilizado por parte del taekwondista en forma deliberada y efectivamente (Malho, 1985), por ello, se considera esencial en su  proceso de desarrollo la enseñanza-aprendizaje y desarrollo de habilidades y estrategias metacognitivas que le posibilitan al deportista tener una autorregulación consciente de su propio proceso de aprendizaje-entrenamiento técnico-táctico. Estos elementos le facilitan al taekwondista pensar sobre el pensar, tomando consciencia y control de su actividad intelectual y los procesos-resultados de su aprendizaje-entrenamiento técnico-táctico. En la práctica esto se materializa al comprender y tomar conciencia del qué hacer, cómo y cuándo ejecutar la acción técnico-táctica para lograr los objetivos, y cómo crear/aprovechar las condiciones propicias para aplicar las acciones técnico-tácticas según el plan previsto.

En el proceso de desarrollo del pensamiento táctico es de vital importancia la posición individualizada del deportista al enfrentar las posibles alternativas de actuación y seleccionar finalmente su variante, asumiéndola con responsabilidad, lo que constituye un indicador importante de los procesos de regulación y autorregulación.

Como todo proceso psíquico superior del deportista, el pensamiento táctico tiene una naturaleza activa y consciente de sus procesos y de los resultados que produce. El pensamiento táctico es un pensamiento productivo y creador (Mahlo, 1985) que cuando se despliega se manifiesta como un funcionamiento intelectual inteligente del taekwondista que le permite la resolución de los problemas y la toma de decisiones ante los múltiples situaciones y tareas que se le presentan en los contextos de actuación (Morales, Y., 2010).

En el trabajo se concibe que el proceso de desarrollo del pensamiento táctico se realice desde una perspectiva desarrolladora (ver artículo: Sistema didáctico para la organización y dirección del tratamiento de la preparación técnico-táctica de los taekwondistas de alto rendimiento publicado por Morales, 2010), en relación con la concepción asumida, le atribuimos al pensamiento táctico las dimensiones del funcionamiento inteligente expuesta por Castellanos y Córdova (1995).

Según esta concepción, el aprendizaje desarrollador es el resultado de la interacción dialéctica entre tres dimensiones básicas: la activación-regulación, la significatividad de los procesos y la motivación por aprender. Dentro de la dimensión activación-regulación, la actividad intelectual productivo-creadora constituye el componente cognitivo del aprendizaje activo, y la metacognición el componente metacognitivo de la misma (Castellanos, y col., 2001).

Íntimamente relacionado con la actividad intelectual-productivo-creadora, al pensamiento táctico, le atribuimos la presencia de un aspecto procesal: comprendido por las particularidades de los procesos y propiedades intelectuales que realiza el deportista durante la resolución de problemas, la toma de decisiones y la calidad de los mismos, y un aspecto operacional: que comprende el desarrollo y las particularidades de las bases de conocimientos sobre la preparación técnico-táctica y del sistema de acciones generales y particulares con que el deportista debe funcionar y desarrollar en los entrenamientos y la competición, unidos dialécticamente.

En la práctica, el componente procesal, puede ser medido a través de los siguientes indicadores (independencia, profundidad, logicidad o racionalidad, flexibilidad, originalidad, fluidez, economía de recursos) (Castellanos, y col., 2001) al enfrentar la solución de problemas y tareas técnico-tácticas intelectuales y prácticas diversas. A su vez el componente operacional, mediante los indicadores (amplitud o volumen de acciones generales y particulares, estructuración u organización, potencialidad para generar nuevos conocimientos (Castellanos, y col., 2001) técnico-tácticos; el sistema de acciones generales y específicas de Taekwondo se puede evaluar a través de los indicadores (dominio de las acciones, carácter consciente, solidez, nivel de generalización y flexibilidad, transferibilidad).

Como componente metacognitivo, le atribuimos al pensamiento táctico, la presencia de la reflexión metacognitiva y la regulación metacognitiva. La primera se relaciona con la: “… capacidad para hacer objeto de análisis y tomar conciencia de los propios procesos, y desarrollar metaconocimientos, o conocimientos acerca de los mismos” (Castellanos, y col., 2001). Esto le posibilita al taekwondista la toma de conciencia sobre los conocimientos de cómo percibe-piensa-siente durante el aprendizaje-entrenamiento en la resolución de las tareas técnico-tácticas y el establecimiento de las posibles estrategias a desplegar para mejorar su rendimiento en función de determinados fines, etc. Incluye, además, la “sensibilidad” hacia la necesidad de realizar esfuerzos (mentales y prácticos) o desplegar una estrategia para solucionar determinadas tareas técnico-tácticas que demanden cierta actividad cognitiva compleja.

La regulación metacognitiva, por su parte, incluye el desarrollo de “habilidades y estrategias para regular el proceso de aprendizaje y de solución de tareas técnico-tácticas”. Esto es, saber qué se desea hacer-conseguir, cómo se consigue el objetivo previsto y el saber cuándo y en qué condiciones concretas se deben aplicar las acciones técnico-tácticas y los recursos que se poseen para lograr los objetivos previstos, aspectos que encierran la madurez metacognitiva expuesta por Burón, J. citado por Castellanos, y col., (2001). Todo lo cual exige estrategias de planificación, control (supervisión o monitoreo), la utilización de la retroalimentación, la evaluación y corrección pertinente de las actividades-acciones que se realizan y del propio proceso de aprendizaje-entrenamiento técnico-táctico que se lleva a cabo.

La distinción entre el aspecto procesal se conecta con el pensamiento crítico-reflexivoestratégico-productivo-creador del pensamiento táctico y el aspecto operacional con su pensamiento operativo. El componente metacognitivo, a su vez, está presente en ambos pensamiento, aunque tiene una mayor incidencia en el aspecto procesal del pensamiento táctico (crítico-reflexivoestratégico-productivo-creador).

La dimensión activación-regulación del aprendizaje desarrollador (Castellanos, y col., 2001), le posibilita al taekwondista la apropiación activa, crítico-reflexiva y creadora de los contenidos técnico-tácticos favoreciendo la utilización deliberada y efectiva de su pensamiento táctico.

En la medida en que el profesor de Taekwondo incida de manera consciente en el componente cognitivo y metacognitivo del pensamiento táctico del taekwondista, este estará mejor preparado para dar soluciones rápidas, correctas, creativas y efectivas en el menor tiempo y con la menor cantidad de operaciones posibles. Así como podrá crear aquellas estrategias que le posibiliten la toma de decisiones y la resolución de problemas que le exija la actividad deportivo–competitiva de Taekwondo.

El pensamiento táctico, en la acción, es la síntesis de un proceso psíquico complejo, que requiere de una concepción abarcadora y sistémica que permita lograr niveles significativos de desarrollo, este proceso no solamente es el punto culminante de la acción técnico-táctica, sino también el factor esencial de la educación del pensamiento de la personalidad del deportista y de su comportamiento técnico-táctico.

Coincidimos Mahlo, F. (1985:10) cuando expone que: “La formación táctica no se limita a un aprendizaje del pensamiento táctico, es un proceso amplio y unitario, destinado a desarrollar todos los factores de la actividad que participan en la acción táctica.

“No podemos atenernos, para desarrollar las capacidades tácticas, a la espontaneidad…”. No podemos tampoco estar satisfecho de ver este aprendizaje táctico comenzar sólo en las etapas superiores de la formación…” (Mahlo, F., 1985:18).

En el Taekwondo aún son limitados los estudios acerca del pensamiento táctico. Pedro E. Gómez Castañeda y Ricardo Peñaloza Méndez (2001), en un estudio realizado sobre el pensamiento táctico en taekwondistas, refieren que existen tres particularidades importantes de este proceso cognoscitivo que coinciden plenamente con las características del Taekwondo, ellas son: la efectividad, la adopción de decisiones que pueden cambiar de un sentido a otro y la rapidez.

La efectividad depende de cómo se hayan elaborado durante el proceso del pensamiento los hábitos tácticos, si se utilizan con flexibilidad o con variantes más acertadas que proporcionan el éxito, pues las acciones tácticas no solo dependen de los rivales sino también de sus intenciones.

En cuanto a la adopción de decisiones, Gómez y Peñaloza (2001) refieren que en el transcurso del combate el taekwondista asume un plan táctico para realizar la pelea, pero en el transcurso de la misma por las propias condiciones del combate el atleta tiene que cambiar por otra decisión e incluso una totalmente opuesta a la primera. El taekwondista en realidad debe emplear de algún modo los tres casos porque en el transcurso de la contienda debe captar al instante todas las características de la situación que le impone su adversario, calcular las probabilidades de los cambios que necesita hacer sobre la base de los acontecimientos, e incluso instantáneamente adoptar decisiones con la mayor rapidez aun encontrándose emocionalmente tenso, es decir, en el combate de Taekwondo, la puesta en práctica del pensamiento táctico  se basa fundamentalmente en la resistencia a la velocidad.

Es importante señalar además que debe existir un nexo indisoluble del taekwondista con el profesor u profesores (compatibilidad psicológica), este binomio es indispensable que funcione con efectividad para que las acciones técnico-tácticas se materialicen y se obtenga la victoria.

En el presente trabajo se considera que desde el punto de vista psicológico es esencial la consideración, implementación, contextualización e individualización de una serie de fundamentos que posibilitan un adecuado proceso de desarrollo del pensamiento táctico de los taekwondistas de alto rendimiento, estos son:

– La consideración de la Zona de Desarrollo Próximo, definida por Vigostky, (1979).

– La situación social del desarrollo introducido por Vigotsky y desarrollado por L. Bozchovich, (1973).

– El principio de la unidad indisoluble entre lo cognitivo y lo afectivo.

– El principio de la internacionalidad en el estudio de los procesos psíquicos.

Desde el punto de vista pedagógico, sociológico, metodológico y práctico resulta esencial lo expuesto en el artículo (Sistema didáctico para la organización y dirección del tratamiento de la preparación técnico-táctica de los taekwondistas de alto rendimiento publicado por el autor).

Las consideraciones teórico-prácticas que se presentan no constituyen dogmas, todo lo contrario, constituyen un punto de partida y una aproximación sucesiva al complejo proceso de desarrollo del pensamiento táctico de los taekwondistas de alto rendimiento, que los profesores de Taekwondo pueden considerar y enriquecer, para que a partir de sus conocimientos y experiencias contribuyan a la formación del taekwondista que demanda el entorno competitivo actual de Taekwondo “más activo, consciente, participativo, crítico, reflexivo, estratégico, productivo, creador y cooperativo”.

MsC. Yoel Morales Cuellar

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