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Artículo
19 Mar 2013

La motivación en el proceso de entrenamiento de TKD

La motivación es la piedra angular en el proceso de dirección del entrenamiento deportivo. Indudablemente la actividad, la concentración, la disciplina del  deportista, la duración de practicar tal o cual modalidad de deporte y su eficiencia se determinan por la motivación en el proceso de entrenamiento.

El problema de la motivación siempre suscita un interés excepcional de los entrenadores. Entre los problemas de aseguramiento psicológico del entrenamiento deportivo, se puede considerar como problema número uno el de mantener el motivo para un buen trabajo productivo de muchos años.

Por otro lado, la motivación es una variable esencial en el ámbito del entrenamiento deportivo, pues de ella dependen, en gran parte, la dedicación, el esfuerzo y la persistencia de los deportistas.

Comprender cuáles son los determinantes de la motivación en cada caso y utilizar estrategias apropiadas para desarrollar esta variable psicológica constituyen, por tanto, dos apartados de suma importancia que justifican la incorporación de la Psicología a esta parcela del rendimiento humano. En esta comunicación se comentarán las principales estrategias psicológicas que favorecen el desarrollo de la motivación en el ámbito del entrenamiento deportivo.

En concreto, se expondrán las principales características del establecimiento de objetivos apropiados para conseguir que los deportistas desarrollen una motivación básica estable y técnicas relacionadas con la motivación cotidiana, destacando la importancia de la conducta de los entrenadores y el asesoramiento de los psicólogos deportivos.

  1. Alonso (24) señala que el sujeto que motiva debe atender a cinco factores instruccionales para poder facilitar el aprendizaje:
  2. La forma de presentar y estructurar la tarea.
  3. La forma de organizar la actividad en el contexto de clase.
  4. Los mensajes que da antes, durante y después de la tarea y que afectan a la relevancia y valor de las metas, a la valoración del sujeto, a la adecuación de las formas de pensar y actuar.
  5. El modelado de valores y estrategias así como las formas de pensar y actuar al enfrentarse con las tareas.
  6. La forma que va a adoptar la evaluación del alumno.

Ahora bien, el desarrollo de la motivación responde a la serie de actividades que se realicen para lograr motivarlos y para perseverar en la acción, es importante que los atletas estén motivados antes, durante y después de la acción programada, de este modo el aprendizaje podrá ser significativo y podrá formar parte importante en la realización del atleta.

El entrenador  que motiva debe tener en cuenta los factores ya mencionados en el momento de programar sus clases; sin embargo, debe ser consciente que estas programaciones han de ser flexibles y deben responder a la diversidad de los atletas atendiendo a sus necesidades e intereses.

La consecución de metas a corto o largo plazo que se propongan los deportistas debe ser orientada por el entrenador  de modo que los alumnos sientan que no están solos, pero que pueden realizar muchas actividades sin necesidad de ayuda.

El entrenador  debe estar atento a desarrollar estrategias de intervención, trabajar con la experiencia de los atletas y la suya propia, darles oportunidades diversas para que ellos sean los protagonistas que buscan diversas metas y que sean capaces de integrar lo que ya saben con lo nuevo que descubran y/o obtengan de sus esfuerzos.

En este sentido,  también se conoce que la motivación es una variable esencial en el ámbito del entrenamiento deportivo, pues de ella dependen, en gran parte, la dedicación, el esfuerzo y la persistencia de los deportistas. Comprender cuáles son los determinantes de la motivación en cada caso y utilizar estrategias apropiadas para desarrollar esta variable psicológica constituyen, por tanto, dos apartados de suma importancia que justifican la incorporación de la Psicología a esta parcela del rendimiento humano.

  1. Nuñez (2001), en su tesis doctoral expresa que  “La competencia como meta conscientemente planificada”, cuya esencia, la importancia de altas marcas, record o la consecución de la victoria sobre el oponente; impulsa la actuación del deportista con esperadas eficiencias motivacionales hacia los entrenamientos previos y hacia la competencia.

En el proceso de la relación objeto – meta, según los sentimientos o motivos que dirigen el curso de esta relación y la conducta del deportista, las necesidades, constituyen según P. A. Rudik (1974), el “…rasgo psicológicos principal de los motivos que impulsan al hombre a dedicarse al deporte “. (Psicología, Libro de texto, 1988, p349). (66). Ahora bien, los motivos que surgen en el deportista para enfrentar los retos que le imponen el entrenamiento y la competencia, no se expresan de forma aislada, sino que constituyen un amplio y variado grupo, organizados jerárquicamente. Según F. González Rey (1983), esta jerarquización fundamenta y enriquece los objetivos y contenidos de estos motivos. La fuerza y energía que irradia los distintos grupos de motivos está determinado fundamentalmente, por la necesidad de movilización de los esfuerzos que exigen los distintos indicadores de la satisfacción de las necesidades del deportista.

El Dr. Nuñez, citando al Dr. García Ucha (1989), en una de sus estudios referente a este tema expresa: “por su parte la estrategia para la motivación desarrollada a través, de sus estudios con las voleibolistas Cubanas, donde enfocó los motivos como procedimientos de dirección del comportamiento de las atletas hacia la eficiencia durante los entrenamientos y las competencia.

Este autor valoriza con un enfoque práctico el papel que desempeña, en la eficiencia motivacional de los deportistas, el establecimiento de metas y la educación objetiva de los motivos de participación en la competencia, aspecto investigado y desarrollado con los Taekwondista por C. Núñez, L. Russell y F. Rodríguez Báxter (1991).

Por lo tanto en el ámbito de los procesos psicológicos de motivación y emoción en la actividad física y el deporte, sigue siendo en la actualidad uno de los campos de interés más relevante y con un mayor volumen de trabajos publicados, tanto de carácter científico como aplicado.

La importancia de estos aspectos psicológicos desde los mismos inicios de la psicología del deporte (Cantón, 1990, Cruz y Cantón, 1992), está íntimamente vinculada con algunas de las características propias de este campo de aplicación, se trata de actividades básicamente voluntarias, que requieren intensidades de esfuerzo progresivo y constante, y con un componente de resultados fácilmente visibles (en competición con otros, con uno mismo, o con un objetivo).

Así mismo, la creciente profesionalización de la práctica de la actividad físico-deportiva ha convertido en objeto de interés creciente el desarrollo de estrategias motivacionales que faciliten la intervención, tanto si se trata de aumentar la adherencia a los diferentes programas deportivos, como si se pretenden una óptima preparación psicológica destinada a alcanzar máximos niveles de rendimiento en el deporte competitivo.

Para el éxito profesional que se requiere, por tanto, la comprensión profunda de los factores motivacionales que la afectan, así como de los procedimientos de intervención, para crear un clima adecuado que mejore la efectividad de los deportistas y equipos, e igualmente conocer los procesos emocionales para poder incidir en su manejo y propiciar el autocontrol.

Son muchas las conclusiones que se pueden ir generando a partir de las diversas investigaciones sobre los componentes motivacionales y emocionales en el deporte, algunas de ellas con gran cantidad de evidencia empírica acumulada.

A modo de ejemplos podríamos mencionar la afirmación de que los deportistas con niveles de motivación de logro elevados prefieren situaciones de riesgo de dificultad moderada, mientras que los que presentan un bajo nivel tienden a elegir tareas muy fáciles o muy difíciles (Mayor y Cantón, 1995a); que la tendencia a evitar el fracaso guarda relación con la ansiedad de los sujetos y a eludir situaciones de evaluación como las competiciones deportivas; que las recompensas extrínsecas pueden afectar a la motivación intrínseca de dos formas: disminuyéndola cuando los deportistas perciben un cambio en el locus de control de interno a externo, o incrementándola cuando proporciona información que permite aumentar el sentimiento de competencia; que la experiencia de situaciones anteriores afecta significativamente a las atribuciones causales de los éxitos y fracasos, de tal forma que si los resultados son consistentes con la experiencia pasada, las atribuciones tienden a ser estables, lo cual puede abocar a los sujetos a una situación de indefensión cuando las experiencias de fracaso se repiten, o bien que las atribuciones de los ganadores suelen ser más internas, estables y controlables que las de los perdedores.

El análisis de las principales orientaciones teóricas permite comprobar que en la psicología de la actividad física y el deporte prevalece, asimismo, un enfoque interactivo de la motivación y emoción. En este sentido, Weinberg y Gould (1995) establecen una serie de implicaciones: 1º Tanto las situaciones como los rasgos de personalidad son factores que motivan a las personas. 2º Las personas tienen múltiples motivos para implicarse en una actividad física o deportiva; estos motivos a veces se complementan y otras pueden entrar en conflicto. 3º Para aumentar la motivación ha de cambiarse el entorno de modo que se ajuste a las necesidades de los participantes. 4º Los líderes influencian la motivación, tanto por vías directas como indirectas. 5º Las técnicas de modificación de conducta son útiles para cambiar los motivos no deseados y fortalecer los positivos.

Otro aspecto que ocupa una gran cantidad de esfuerzo investigador y que forma parte habitual de cualquier programa de intervención profesional en el deporte, son las formulaciones que desde frentes diversos que han replanteado los conceptos tradicionales acerca de la activación y su relación con variables de distintos tipos, incluyendo la calidad del rendimiento deportivo. En este sentido, se ha investigado profusamente sobre el nivel motivacional óptimo, situado en torno a sí más allá del mismo, se produce un deterioro en la ejecución o si, por el contrario, un incremento motivacional produce aumentos crecientes en la ejecución. Como consecuencias de los trabajos realizados, se han producido sugerentes variaciones de la teoría de la U-Invertida y formulado algunas hipótesis nuevas: las Zonas de Funcionamiento Óptimo (Hanin, 1986), la teoría del Fenómeno de la Catástrofe (Hardy, 1990) y la teoría de la Inversión o Reversal Theory (Apter, 1982; Kerr, 1993).

Asimismo, por ciertas características que comporta la actividad físico-deportiva, como la exigencia de un elevado esfuerzo o la búsqueda de un resultado en competición con otros, ésta es un marco idóneo para la expresión de los componentes clásicos de las emociones: las vivencias emocionales (alegría, miedo, ira), el comportamiento emocional (agresión, abrazo a un compañero, simulación de una lesión) y las modificaciones fisiológicas (ritmo cardíaco, tensión muscular, actividad psicogalvánica de la piel).

En los últimos años, las investigaciones han tenido como objetivo principal profundizar en temas como (Mayor y Cantón, 1995b):

(a) los sentimientos desplegados con mayor frecuencia en el ámbito deportivo: el miedo al éxito y al fracaso, a lesionarse, al dolor y al ridículo social, entre otros procesos emocionales que como el orgullo, la tristeza o la alegría que influyen también, a veces decisivamente, en la motivación individual;

(b) la agresividad en el deporte, que ofrece un marco natural de estudio accesible a la observación, sin demasiadas dificultades ni condicionamientos éticos;

(c) el papel de las principales dimensiones emocionales (intensidad, tensión ante la incertidumbre de los resultados, el tono placentero o desagradable, o la complejidad situacional) y sus efectos sobre la acción y las vivencias en la práctica deportiva; y

(d) los motivos que llevan a participar en deportes de riesgo (escalada, submarinismo, parapente, etc.), relacionado con la búsqueda de sensaciones y la experimentación de determinadas emociones, sin olvidar otros factores como la anticipación cognitiva o la flexibilización de la atención, la demostración de competencia, y el experimentar sentimientos de auto-confianza, o de control ante las reacciones de estrés.

Bibliografía

  1. Alvarez Bedolla, MsC. Alain; Hernández Pérez, Caridad. Caracterización de la actividad competitiva del Taekwondo teniendo en cuenta la tipología de las acciones técnico tácticas y los esfuerzos. Trabajo de Diploma que opta por el título de Licenciado en Cultura Física, La Habana, ISCF “Manuel Fajardo”; 2001.
  2. Alvarez Bedolla, MsC. Alain, Selección y organización de los contenidos de entrenamiento en Taekwondo para las categorías Juvenil y Mayores. Tesis de Maestría en Entrenamiento Deportivo, La Habana, ISCF «Manuel Fajardo», 2002.
  3. Carballo Elisardo, MsC. Pedro Simón, Estudio del comportamiento de los indicadores bilógicos que caracterizan la resistencia  a  la velocidad especial en una macroestructura del equipo nacional femenino de Taekwondo cubano. Tesis de Maestría en Entrenamiento deportivo, La Habana, ISCF ¨Manuel Fajardo¨, 2005.
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  2. García Franco, MsC Rafael, Determinación de la resistencia especial en atletas de la selección nacional masculina de Taekwondo cubano, mediante los indicadores Ácido láctico, número y tipos de técnicas y la frecuencia cardiaca, Tesis de Maestría en Entrenamiento deportivo, La Habana, ISCF ¨Manuel Fajardo¨, 2005.
  3. Gonzales Pérez, MsC. Leticia. Sistema de selección físico técnico de Taekwondo para su ingreso a la EIDE de Holguín, categoría escolar, Tesis de Maestría de Metodología del entrenamiento deportivo, Tesis de Maestría en Entrenamiento deportivo, Holguín, ISCF ¨Manuel Fajardo¨, 2003.

Autor: MsC. Yamil Pavon Flores

Exclusivo para www.sobretaekwondo.com

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