¿Taekwondo para la cabeza o los pies? Deporte vs Arte Marcial
En este artículo se hace una reflexión a la enseñanza del Taekwondo como arte Marcial y Deporte en un conjunto a nivel de base y no restarle importancia a uno u otro, para especializarlos en uno de ellos.
Cuando hablamos de competiciones deportivas, existe una gran diferencia entre los deportes de campo y pista, deportes acuáticos, deportes con balón, entre otros y las artes marciales. Los deportes antes mencionados dedican su entrenamiento básicamente en modelar situaciones de competencia. Desde el primer día, el practicante de deportes como Baseball, Volleyball, Basketball, Lanzamientos, u otros, van a encontrar una relación directa entre las técnicas de entrenamiento y las utilizadas a la hora de la competencia.
Alcanzar el nivel de maestría deportiva requiere entrenamiento y dedicación así sea en deportes que conllevan movimientos tan naturales (movimientos que son ejecutados en el quehacer diario sin necesidad de ser deportista) como saltar, correr, lanzar y atrapar.
El hombre común, por llamar de modo abreviado a la persona no practicante de deporte alguno, ha corrido, saltado, lanzado, quizás hasta nadado. No obstante, el deportista a pesar de haber realizado muchos de esos movimientos, quizás aun sin tan siquiera pensar en el significado de la palabra “Deporte”, al comenzar la práctica deportiva comienza a pulir, a perfeccionar, a hacer más efectiva cada estructura de movimiento son el objetivo de hacerla más rápida, más eficiente, más elegante, mas fuerte.
No existe un movimiento de los entrenados por los practicantes de baseball, football, basketball, o natación, que se encuentren prohibidos a la hora de una competición deportiva. Las técnicas entrenadas desde el comienzo de su vida como deportistas van a ser plenamente ejecutada en la arena. ¿Ocurre lo mismo con deportes como Karate-DO, Judo, y Taekwondo?
Las artes marciales, son “mutiladas” a la hora de la competencia deportiva, eso además de ser lógico es totalmente necesario, de no ocurrir así solo estuviese vivo el campeón de cada división de peso al concluir cada competencia en estos “deportes marciales”. Eso nos hace introducir estos cuestionamientos:
- ¿Es realmente necesario enseñar al atleta técnicas que no van a poder ser utilizadas a lo largo de su carrera deportiva?
- ¿No deberíamos considerar como una pérdida de tiempo a la hora del entrenamiento deportivo la inserción de la parte marcial de estos deportes de combate?
Para poder responder a estas interrogantes de manera efectiva debemos ubicarnos en diferentes perspectivas. Con toda seguridad un entrenador de alto rendimiento considerara más necesario dedicarle tiempo al entrenamiento físico y técnico-táctico del atleta. Un entrenador deportivo es analizado (y vamos a estar claros, en cualquier parte del mundo) acorde a los resultados obtenidos en competencias. ¿Culpa de la falta de visión o conocimiento de los directivos? Es posible, pero hay que vivir con eso, la cadena de superficialidades paralelas puede ser interminable.
Ahora: ¿Eso justificaría que el entrenador dejase de la mano la preparación marcial del atleta? La respuesta pudiera ser un rotundo “Si”, pero sabemos en el fondo que no es para nada correcto. Analizando esto paso a paso se me ocurre ir a la primera aproximación del hombre común a la práctica del arte marcial.
¿Qué nos movió a nosotros a comenzar la práctica del Taekwondo?
¡Por favor, querido entrenador! ¡No se mienta a usted mismo! Sabe bien la respuesta: Defensa Personal. Nadie (y no quiero ser absoluto, para mi “Nadie” significa 90% más o menos, hay que respetar las excepciones) comenzó la práctica del Taekwondo o cualquier otro arte marcial para llegar a ser campeón.
Primera Etapa:
Casi todos los hombres comunes comenzamos la práctica del artes marciales con finalidades defensivas. El instinto defensivo, la hostilidad del medio, la influencia de la media (fundamentalmente cine) nos hace acercarnos al Dojan.
Segunda Etapa:
En la medida que el practicante comienza a ejecutar las técnicas con cierta seguridad, velocidad, y fuerza es que comienza el proceso motivacional y hace que comience el tránsito hacia una mentalidad competitiva. En este punto el practicante ya confía en que su conocimiento es suficiente para su defensa personal. El practicante nota con cuanta facilidad puede ser muy superior a cualquier agresor que no posea algún tipo de conocimiento de artes marciales.
En este punto el practicante quiere medirse con otros practicantes, con otras personas con conocimientos y entrenamientos similares o superiores. Muchos practicantes, ya a este punto transformados en atletas prefieren muchas veces ser derrotados por un contrincante superior que vencer a uno menos preparado que él, logran ver un resultado cerrado con un atleta de muy alto nivel como un resultado muy positivo y ahí aparece la tercera etapa motivacional.
Tercera Etapa:
En esta etapa llega la maduración psicológica, la búsqueda espiritual del verdadero significado del arte marcial. En esta etapa prima el perfeccionamiento de las técnicas más complejas. Acompaña a esta etapa un desinterés competitivo casi total, ya no existe nada por demostrar, se incrementan los procesos meditativos, el entendimiento de las situaciones de competencia, se agudiza la visión del gran panorama del arte marcial a la vez que presenta la necesidad de enseñar, de participar en algún proceso de tipo didáctico.
Desgraciadamente hay quien no llega a vivenciar todas las etapas, se pierden muchos practicantes entre las segunda y tercera etapa, y se trata precisamente de eso, lo que provoca esa pérdida del camino es fundamentalmente la falta de una verdadera formación marcial. Hay quien puede justificar esa pérdida asociándola a situaciones de tipo económica, matrimonio, creación de familia, etcétera, pueden ser también factores, no quiero ser absoluto, pero piénsenlo bien: ¿Puede alguien, salido de una escuela de arte marciales, divorciarse alguna vez en su vida de los términos, los conocimientos, la belleza técnica y de los amigos adquiridos en el Doyan? La respuesta es “No”
Sumado a lo anterior, hay que decir, retomando el punto del inicio: Si los practicantes de deportes que llevan implícito movimientos más naturales que los de Taekwondo necesitan practicar esos movimientos a diario para perfeccionarlos ¿Dónde quedan los pateos, las complejas técnicas de manos, las Pumsaes? Por muy naturales que a veces pudiesen parecer realmente no vemos por donde quieren los hombres comunes lanzando patadas, golpeando con el canto de la mano, girando en el aire o caminando en posiciones como Ap Kubi Sogui.
Lic. Gehovanny E. Pérez
Para el perfeccionamiento técnico del Taekwondo se hace enteramente necesaria la practica marcial, las conexiones neuro-musculares adquiridas en la ejecución de los movimientos de manera estricta es objetivo fundamental de la escuela de artes marciales. El entrenador de alto rendimiento de taekwondo recibe con agrado a ese atleta técnicamente perfeccionado proveniente de una escuela marcial.
Pudiésemos también referirnos a la necesidad del atleta de prepararse a sí mismo para la vida, después de su vida deportiva. ¿Que será de él si luego de pasar años practicando deportes de combate no tiene el conocimiento necesario para aportar su conocimiento o simplemente para poder “ganarse la vida” como profesor de Taekwondo? Pero eso es ya tema para otro trabajo.
Autor: Lic. Gehovanny E. Perez
Exclusivo para Sobre Taekwondo